El presente libro agrupa cuatro relatos que inicialmente eran parte de un texto de doce cuentos intitulado «Detrás de la neblina». La separación se hizo por su afinidad temática y los ambientes donde se recrearon. Tres de ellos son de menor magnitud, aunque densos; el tercero de los cuatro es el eje central de la presente obra, la intitula y agrupa a los demás relatos. Los ambientes desplegados y los espacios posibilitaron recrear acontecimientos sobrenaturales, acciones de asombro, misticismo, religiosidad, amor filial desmedido, matoneo, compasión y solidaridad, tenacidad por alcanzar los sueños, el ocaso del ser humano, la locura como protagonista y pretexto, la muerte y lo insólito como parte de la frágil condición humana.
 
Los ambientes fueron ideados y puestos bajo la lupa creativa del autor a partir de su imaginación. De ahí la pertinencia de resaltar que las invenciones de lugares y personajes –pueden suscitar coincidencias homónimas–, muchas de las acciones, los tiempos referenciales e históricos de los relatos, las situaciones y acontecimientos padecidos por los protagonistas, son una mezcla entre la fantasía y parte mínima de la realidad. Por consiguiente, no es de extrañar que: una mujer forastera llega a un pueblo durante la década del cuarenta y con indumentaria diferente al convencionalismo de la época, tatuada y de minifalda, entra a la iglesia, asiste a la eucaristía, sale y en el atrio provoca lo más impensado e insólito; Felicia es una mujer octogenaria y en silla de ruedas, recluida en un ancianato y con el mal de Parkinson, aborda la lectura de un libro de casi setecientas páginas y la mortifica una palabra hasta el día de su muerte; Don Pascacio Gil, un polifacético preceptor, visionario comerciante, fabricante de ruanas y velas de una aldea, padece conjuntamente con otros lugareños el robo de sus ovejas, ¿quién fue y cómo lo hizo? 
 
Y finalmente, el sino trágico de la familia Tafur Zapata: el amor ciego de la madre por su hijo, el matoneo más aberrante contra éste, su devenida locura por volar a su manera y la complicidad de un ebanista que lo ayuda a surcar el cielo en medio de la insensatez y genialidad trágicas.